El pasado 28 de enero los niños y niñas del Taller de Educación Ambiental de los colegios Padre Marchena y Juan XXIII, volvimos a participar en una estupenda jornada de reforestación. ¡Y ya llevamos 26 años!
Y es que para que los niños y niñas puedan aprender el gran valor de la naturaleza, amarla, cuidarla y respetarla es necesario que se acerquen a ella, que la sientan, que la experimenten, que la disfruten, que la huelan.
Plantar árboles es despertar nuestra conciencia para el respeto y el cuidado de la naturaleza, devolver a la naturaleza algo de lo mucho que nos da.
Plantar un árbol con los niños, no es sólo un símbolo, es realmente una gran empresa: una semilla, un árbol, una flor, un fruto, una gran sombra, aire puro y limpio, la belleza inigualable del paisaje.
¡Dejémosles hacer!... un agujero en la tierra, poner un plantón, manipular la tierra, regar con agua y contemplar cómo crecen los árboles que una vez fueron plantados por ellos. Es un proyecto que nos llena de ilusión y nos enseña el valor del respeto a la naturaleza.
Interiorizar la importancia de los árboles en nuestro entorno. Son los encargados de regular la temperatura, purificar el aire, protegen el suelo, son el hogar de otras muchas especies por lo que albergan ecosistemas y contribuyen a regular las lluvias.
En el recreo nos montamos en el autobús y nos fuimos al cordel de Jarda. Aprendimos a plantar, conocimos las especies, hicimos los grupos, reparto de herramientas,…y a comer. ¡Un momento que vienen más profes de los dos colegios! Del nuestro viene Ramón y Sergio.
Después de comer… ¡a plantar! Algarrobos, pinos piñoneros, encinas, acebuches,… ¡Han sido 80! Y lo hemos pasado genial.
Ahora a regarlos, cuidarlos y disfrutarlos mientras los vemos crecer.
Y es que para que los niños y niñas puedan aprender el gran valor de la naturaleza, amarla, cuidarla y respetarla es necesario que se acerquen a ella, que la sientan, que la experimenten, que la disfruten, que la huelan.
Plantar árboles es despertar nuestra conciencia para el respeto y el cuidado de la naturaleza, devolver a la naturaleza algo de lo mucho que nos da.
Plantar un árbol con los niños, no es sólo un símbolo, es realmente una gran empresa: una semilla, un árbol, una flor, un fruto, una gran sombra, aire puro y limpio, la belleza inigualable del paisaje.
¡Dejémosles hacer!... un agujero en la tierra, poner un plantón, manipular la tierra, regar con agua y contemplar cómo crecen los árboles que una vez fueron plantados por ellos. Es un proyecto que nos llena de ilusión y nos enseña el valor del respeto a la naturaleza.
Interiorizar la importancia de los árboles en nuestro entorno. Son los encargados de regular la temperatura, purificar el aire, protegen el suelo, son el hogar de otras muchas especies por lo que albergan ecosistemas y contribuyen a regular las lluvias.
En el recreo nos montamos en el autobús y nos fuimos al cordel de Jarda. Aprendimos a plantar, conocimos las especies, hicimos los grupos, reparto de herramientas,…y a comer. ¡Un momento que vienen más profes de los dos colegios! Del nuestro viene Ramón y Sergio.
Después de comer… ¡a plantar! Algarrobos, pinos piñoneros, encinas, acebuches,… ¡Han sido 80! Y lo hemos pasado genial.
Ahora a regarlos, cuidarlos y disfrutarlos mientras los vemos crecer.