Para que los niños y niñas puedan aprender el gran valor de la naturaleza, amarla, cuidarla y respetarla, es necesario que se acerquen a ella, que la sientan, que la experimenten, que la disfruten, que la huelan, pero sobre todo que vean como nosotros, "los mayores", lo hacemos primero, compartiendo con ellos esa pasión y amor por la naturaleza.
Cuando plantamos un árbol despertamos la conciencia social para el respeto y el cuidado de nuestro entorno, devolvemos a la naturaleza algo de lo mucho que nos da.
Plantar un árbol con los niños y niñas del cole, no es sólo un símbolo, es realmente una gran travesía: una semilla, un árbol, una flor, un fruto, una gran sombra, aire puro y limpio, la belleza inigualable del paisaje.
Cuando plantamos un árbol despertamos la conciencia social para el respeto y el cuidado de nuestro entorno, devolvemos a la naturaleza algo de lo mucho que nos da.
Plantar un árbol con los niños y niñas del cole, no es sólo un símbolo, es realmente una gran travesía: una semilla, un árbol, una flor, un fruto, una gran sombra, aire puro y limpio, la belleza inigualable del paisaje.
Desde el curso 1991/1992 hemos plantado casi 7000 árboles, junto con la Asociación El Taller Verde de Marchena:
Con las plantaciones y reforestaciones, los niños y las niñas entablan una conversación con la naturaleza, con la tierra; juegan e interactuan con ella, la valoran y disfrutan. Poner un tierno brote, regarlo y contemplar cómo crecen los árboles que una vez fueron plantados por ellos, les enseña además que las cosas grandes requieren esfuerzo, dedicación, tiempo y paciencia, que el tiempo construye lentamente como la naturaleza.