“El Circo” es el proyecto en el que están trabajando los niños y las niñas de Educación Infantil del CEIP Juan XXIII de Marchena, en este tercer trimestre del curso 2015/2016.
Y como no podía ser de otra manera, en nuestro circo no hay animales. Porque entre lápices y témperas, entre sumas y restas, también es posible educar en valores de respeto y empatía con el resto de seres vivos con los que compartimos el planeta.
Los niños y las niñas ya saben que los animales en el circo no son felices, entienden perfectamente que no es el sitio donde deben vivir, y que ver un elefante montar en bicicleta no es normal ni divertido.
A nuestros pequeños les encantan los payasos, los malabaristas y acróbatas, los magos y trapecistas... pero no quieren animales en su circo. Entre sus conversaciones podemos oir cosas así... “yo quiero ir al circo pero si tiene animales no voy”, o “los animales deben estar en libertad en la selva y no en una jaula”. ¡Lo tienen muy claro!.
Se acerca la fiesta de fin de curso y aunque no conocemos la historia, sabemos que podremos disfrutar de una entrañable y educativa lección. Este ilusionante proyecto ya tiene ganado el entusiasmo de los niños y niñas, ellos quieren enseñar a todo el mundo que un circo con animales no es divertido y que no debemos asistir a este tipo de espectáculos. Se sienten protagonistas del cambio y exigen con sus argumentos de 3, 4 y 5 años, que no haya animales en el circo.
Sin duda, a los que amamos a los animales, a los que cada día luchamos por sus derechos, les defendemos y gritamos por ellos, a los que cuidamos el planeta y lo protegemos, confiamos en que ésta es la mejor herencia que podemos dejarle, unos niños y niñas cargados de valores, dispuestos a levantar la voz para pedir justicia y luchar en pro de los indefensos.
Este es el fruto del maravilloso trabajo y las 'peripecias' que cada día realizan los maestros y maestras de infantil con los más peques del cole, cultivando sus raíces y dándoles alas, y siempre siempre, haciéndolos felices, porque si enseñas a un niño a luchar por ideales, se convertirá en un adulto que luche por sus sueños."
Y como no podía ser de otra manera, en nuestro circo no hay animales. Porque entre lápices y témperas, entre sumas y restas, también es posible educar en valores de respeto y empatía con el resto de seres vivos con los que compartimos el planeta.
Los niños y las niñas ya saben que los animales en el circo no son felices, entienden perfectamente que no es el sitio donde deben vivir, y que ver un elefante montar en bicicleta no es normal ni divertido.
A nuestros pequeños les encantan los payasos, los malabaristas y acróbatas, los magos y trapecistas... pero no quieren animales en su circo. Entre sus conversaciones podemos oir cosas así... “yo quiero ir al circo pero si tiene animales no voy”, o “los animales deben estar en libertad en la selva y no en una jaula”. ¡Lo tienen muy claro!.
Se acerca la fiesta de fin de curso y aunque no conocemos la historia, sabemos que podremos disfrutar de una entrañable y educativa lección. Este ilusionante proyecto ya tiene ganado el entusiasmo de los niños y niñas, ellos quieren enseñar a todo el mundo que un circo con animales no es divertido y que no debemos asistir a este tipo de espectáculos. Se sienten protagonistas del cambio y exigen con sus argumentos de 3, 4 y 5 años, que no haya animales en el circo.
Sin duda, a los que amamos a los animales, a los que cada día luchamos por sus derechos, les defendemos y gritamos por ellos, a los que cuidamos el planeta y lo protegemos, confiamos en que ésta es la mejor herencia que podemos dejarle, unos niños y niñas cargados de valores, dispuestos a levantar la voz para pedir justicia y luchar en pro de los indefensos.
Este es el fruto del maravilloso trabajo y las 'peripecias' que cada día realizan los maestros y maestras de infantil con los más peques del cole, cultivando sus raíces y dándoles alas, y siempre siempre, haciéndolos felices, porque si enseñas a un niño a luchar por ideales, se convertirá en un adulto que luche por sus sueños."